Este curso debe ser un campo de experimentación donde abandonamos las reglas del comportamiento “normal”, las reglas establecidas de los valores comunes, para entrar en campos que a primera vista pueden carecer de sentido. Hay que crear nuevas reglas de juego, improvisar nuevas normas, en definitiva entrar en el campo del juego y de la improvisación.
Aquí la comicidad no se produce por la torpeza y el fracaso como en el caso del clown o la sátira como en el caso del bufón. Nace de la infantil alegría de inventarse mundos propios. Por esto en este curso debe haber espacio para el juego, la improvisación y el disfraz improvisado.
Así abandonamos las formulas del fracaso del clown y buscamos el triunfalismo cuando el excéntrico nos sorprende con su propia lógica, con sus soluciones disparatadas y se acerca a la locura.
Buscamos a los personajes más chiflados, como los gurus, artistas iluminados o creadores locos con sus universos propios y alejados de nuestra realidad. Distorsionamos el lenguaje, jugamos con las palabras y el comportamiento humano y buscaremos los efectos cómicos en el terreno donde reina el sinsentido.